miércoles, 26 de agosto de 2009

El triángulo de la vida y el punto de la muerte


Algunos tal vez hicieron una asociación libre con el famoso triángulo de las Bermudas, pero no, no voy a hablar de nada que tenga que ver con eso, aunque en algún momento del camino podamos hacer alguna analogía, quien sabe. Pues si, para que haya un triángulo se necesitan tres puntos, y cuales son entonces esos puntos que hacen alusión a la vida, pues: un hombre, una mujer, y la vida que comienza (un cigoto). Un cigoto, es el huevo que se forma cuando se unen el óvulo y el espermatozoide. Sé que con un tono medio burlón algunos estarán diciendo “pero y cuando es una fecundación asistida, no hay triángulo”, pues fíjese que si, porque está el punto donador, el punto alojador, y el punto naciente. En conclusión, la vida es un triángulo.

Estará esto asociado al funcionamiento patológico que se da en los sistemas familiares, conocido como “proceso de triangulación”? Lo más probable es que así sea. Es como si se configurara una zona de convivencia desde que se unen esas células para formar una vida, que a lo largo del tiempo se convierten en un subsistema patológico y muy particular llamado triángulo en la familia de origen. Lo interesante de todo esto es que, todas nuestras relaciones son triangulares. Sino, piensa cuantas veces has sido capaz de tener un diálogo con alguien, donde no exista la necesidad de traer a alguien a colación. O, cuantas veces, tu madre o tu padre, no han sabido resolver sus problemas conyugales, y te ha pedido opinión cada uno por su lado, o han comenzado a criticar al otro de manera abierta contigo. O tú, precisamente tú, cuantas veces has acabado con alguien, diciéndole a alguna persona barbaridades de otr@, simplemente porque no has tenido la manera de resolver las cosas de manera personal. Pues, creo que precisamente es por eso, la vida no es lineal, sino triangular.

Obviamente, que la meta sería vivir triángulos sanos, y aprender a resolver cosas de manera lineal, entre dos puntos, sin necesidad de involucrar a otras personas. Es un reto llegar a hacer esto. Hay un ejercicio interesante que puedes hacer, y que ya mencioné algo del mismo hace un momentito. Pon a correr un cronómetro, y entabla una conversación con alguien, la persona que elijas, y observa cuanto tiempo eres capaz de mantener una conversación solamente con temas tuyos y de la otra persona, sin la necesidad de hablar de alguien más que no sean ustedes dos.

Por otro lado, está el punto de la muerte. Y no precisamente porque cuando uno muere “se acabó todo, y punto”, jajajjajaja (me dio risa). Es simplemente porque cuando uno muere no se muere con las personas que nos dieron la vida (salvo raras excepciones). Uno se muere “solo”. La muerte es muy personal, muy particular, muy singular. Y es una ironía, que nos pasemos la vida caminando con muletas en cada mano, para luego morir sin ellas.

De un triángulo nace la vida… de un punto nace la muerte. Entonces, no sería más interesante que podamos crecer de manera paralela a esos triángulos, que podamos desbaratar los triángulos, y aprender a vivir como vamos a morir, sin necesidad de que estén presente otras personas. No es que seamos antisociales, sino que, podamos caminar y desarrollarnos de manera sana, sin tener que cargar a cuesta con la presencia de dos puntos cualesquiera, en todas las situaciones de nuestra vida. Eres un punto que ha aprendido a caminar en triángulo, pero cuando lo decidas, podrás ser tú, únic@ y muy particular. No permitas que te triangulicen, ni te permitas a ti mism@ seguir en los triángulos, porque sino, terminarás absorbido y desaparecido como persona, igual que como se han perdido misteriosamente aviones y barcos en el triángulo de las Bermudas.

re.almanzar@gmail.com


lunes, 17 de agosto de 2009

El sexo nunca me ha llamado la atención


A lo largo de la vida las personas reciben mensajes de su familia y la sociedad, sobre sexo, deseo, e intimidad. A veces, cuando se vive un contexto estresante en la vida se hace un retroceso para ajustarse a lo que mejor se conoce, que hizo o dijo mamá acerca de una situación determinada en el pasado. Conociendo que mensajes se recibieron sobre la sexualidad de los padres y de las pasadas experiencias, podría ayudar a entender la situación que se vive en la actualidad.

Explorar los componentes educacionales de la familia de origen en mujeres con bajo deseo sexual, puede abrir una amplia gama de conocimientos sobre la configuración esquemática que rige la sexualidad de dichas mujeres. En este sentido, es importante conocer cuales son los patrones vivenciales que se aprenden a nivel de la relación papa-mamá, para saber cuales son los códigos que hacen que las mujeres no tengan un deseo sexual adecuado para visualizar la sexualidad desde un punto de vista más proactivo.

En las consultas de psicoterapia se observan muchas pacientes que pasan por este estado de bajo deseo. Algunas tuvieron un deseo sexual adecuado por un tiempo, y luego decreció por alguna situación que en algunos casos podría ser causada por un componente fisiológico-hormonal, y en muchos otros casos por asuntos de la relación de pareja o alguna situación que se esté dando en la vida de estas mujeres.

Cuando el problema de deseo sexual es de toda la vida, pues las expectativas de trabajo terapéutico deben ir mucho más allá de lo que son las situaciones de la vida de pareja. Cuando una mujer tiene una condición como esta, si se le pregunta sobre su vida sexual en general, pues el discurso es bien claro y coherente: “nunca he sentido interés por el sexo”. Y, se podría en algún momento presuponer que tal vez existe una patología de base, como algún trastorno del estado del ánimo, básicamente una depresión, pero cuando se le evalúa al respecto no existe dicha condición.

A nivel social y familiar, se ha tratado el tema de la sexualidad de una manera muy mítica. Cuando nos enfocamos en esta educación hogareña, específicamente con las mujeres, observamos que es mucho más marcada que en los varones, mostrándose mucho más misterio entorno a lo que son los temas sexuales y la sexualidad de la mujer. Se le educa en varios aspectos que van más allá de lo que son sus genitales, y se le instruye (de manera implícita en la mayoría de los casos) para la vida de pareja, su rol cómo mujer (género) tanto a nivel social, como a nivel conyugal. En este contexto, las mujeres van aprendiendo un sinnúmero de patrones de comportamiento, actitudes y formas de funcionamiento hacia lo que es la vivencia de su sexualidad y la manera en la que tiene que comportase con su pareja.

La sexología clínica ha hecho distinción sobre las entidades patológicas que afectan la fase del deseo en la respuesta sexual. Se ha descrito un deseo sexual Inhibido y un deseo sexual Hipoactivo. El primero hace alusión a personas que no tienen ninguna patología que este afectando de manera directa su deseo, y el segundo se refiere a que alguna condición clínica que ejerce influencia directa sobre esta fase está mermando la capacidad de de responder adecuadamente. Sin embargo, hay mujeres que no cumplen con el criterio para ser diagnosticadas con estas nominaciones, porque cuando inician una relación sexual, la respuesta funciona adecuadamente, pero no es algo que ellas van a tomar la iniciativa de realizar, precisamente porque tienen una “apatía” hacia los temas y/o contextos sexuales.

Conocer las intríngulis del bajo deseo sexual en mujeres que quieren disfrutar de una vida sexual adecuada, es de vital importancia para poder dar una salida terapéutica que vaya más allá de las técnicas ya conocidas en la terapia sexual. Con un conocimiento adecuado del contexto en que ellas aprendieron a mermar sus apetencias sexuales, para dar paso y prioridad a los códigos de su sistema familiar, podría comenzar a trabajar en ellas de manera positiva, dándoles la oportunidad de revalorar su sexualidad y de reaprender de manera objetiva su vivencia sexual, tanto a nivel personal, como a nivel de la relación de pareja. Dándole al mismo tiempo, la oportunidad de romper con el reciclaje de patrones, y que le pueda brindar un contexto más abierto para la educación sexual en la familia a futuras generaciones.

Es un tema que hay que explorar a profundidad, porque no es el típico caso de la mujer que tenía un buen deseo sexual, y después de un tiempo lo perdió. Estamos hablando de mujeres que jamás han tenido una percepción de necesidad relacionada con el sexo y su deseo sexual. En tal sentido, es de vital importancia para el conocimiento de los mecanismos que actúan sobre esta disfunción sexual de toda la vida, conocer las particularidades de cada caso. Si tienes una situación parecida a esta, ponte en contacto conmigo a través de mi e-mail, y de esta manera aportarás al enriquecimiento de la investigación sobre bajo deseo sexual en mujeres.

re.almanzar@gmail.com


viernes, 7 de agosto de 2009

Las múltiples infidelidades


Hola Doctor, hola… tu eres Lucas Mashmelo, y tu, … Martha Chuflai… son casados?? Bueno, si, todavía… tienen hijos??, si, tenemos tres, dos varones y una hembra?? Cuál es el orden de nacimiento?? La hembra es la mayor y tiene 16, y luego dos varones, uno de 11 y el más pequeño tiene 4. Y qué tiempo tienen casados? Ummm, 17 anos. Pero, para ser sincera doctor, no se si dure mucho esa situación, porque… dile, que para eso fue que quisiste venir… es que él me fue infiel.

No es una novela de José Saramago (perdonándome el ilustre escritor por mi comparación tan herética), es simplemente una recreación del inicio de una de tantas sesiones de inicio con cualquier pareja (los personajes son ficticios, y las conversaciones pueden variar en la realidad). Lo quise presentar así, para darle un poco de realce a uno de los principales temas que las parejas tratan en terapia: la infidelidad.

En el ejemplo que recreo al inicio, pues nos damos cuenta de que el hombre le fue infiel a su esposa. Esto no significa que en todos los casos ocurre de esta manera, pues en muchas ocasiones resulta ser la mujer quien le es infiel al hombre. O sea que esto, actualmente, no es un asunto de sexos, sino de personas, básicamente.

Por qué razón una persona es infiel, aún habiendo jurado fidelidad cuando se casaron. Pues, es tan simple como entender que la fidelidad es un asunto de decisión, la gran capacidad que nos diferencia de las demás especies (por lo menos hasta donde ha llegado la ciencia). Si, la fidelidad no es un instinto, sino que es una voluntad. Y luchar contra el contrario, que si es el instinto de procreación y supervivencia con personas que denoten cualidades para perpetuar la especie, esto para nada tiene que ver con la fidelidad, sino con un asunto de procreación.

La organización de la sociedad civilizada tiene como recurso de amparo el núcleo familiar, el tabú del incesto, y la fidelidad como normas para poder vivir organizadamente. Esto está perfectamente bien, y realza los valores que hemos desarrollado como personas. Pero lamentablemente, no hemos sido capaces de matar nuestros instintos de supervivencia, que encuentran cantidades de excusas para salir a flote en cualquier momento y jugarnos un mal rato.

Múltiples son las justificaciones que tienen las personas para ser infieles: Vacío emocional (necesidad de sentirse amad@ las 24 horas del día), descuido de la pareja (cuando hay prioridades que están por encima de la relación), aprendizaje familiar (cuando nuestra familia de origen tiene como código ser infiel), reivindicación del género (lucha de poder por cantidad de parejas entorno al sexo), demostración de estar vivos todavía (cuando nos estamos poniendo viejos queremos demostrarnos que todavía podemos conquistar), por despecho (como represalia a una infidelidad previa), por alteración de conciencia (bajo los efectos del alcohol u otra droga), por presión de grupo (para demostrarle a un grupo que somos machos o hembras), por chulería del momento (para quemar una etapa), etc, etc, etc.

O sea que, se puede ser infiel por muchas razones. Esto no quiere decir que esté bien, pero es bueno entender que aunque todos los caminos conducen al mismo sitio, no todos llegan por la misma vía. Lo que si es cierto es que, independientemente de la causa o el motivo de la infidelidad, cuando se descubre crea un daño casi irreparable en la relación, porque es muy difícil que una persona pueda seguir caminando de manera sana sabiendo que la otra persona le fue infiel. Se necesita de un proceso terapéutico bien profundo para comenzar a fluir de nuevo en la relación.

Como no vivimos en una selva, y decidimos algún día vivir como seres civilizados, las cosas que hacemos en contra de eso, en la mayoría de los casos terminan muy mal. Es por esta razón, que pienses bien las cosas antes de hacerlas, porque puedes causar un daño irreparable en la persona que supuestamente amas que es tu pareja. Y esto incluye el hogar que has formado, y los hijos que has decidido tener. Así que, trata de respetar las decisiones que tomaste al momento de casarte, y aunque te de todo el deseo de estar con otra persona, lucha contra eso de manera personal, y ya veremos que pasa con cada un@ de nosotr@s. Suerte en este proceso!

re.almanzar@gmail.com