lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Estás viviendo o existiendo?


fuente de la imagen: http://www.ecologistasenaccion.org


Dijo René Descartes: “Primero pienso, luego existo”. Yo creo que esto responde a una filosofía de vida que versaba la época en la que Descartes la expresó. A mi modo de ver las cosas, todas las personas existen aunque no piensen. Sólo hay que nacer para existir, y listo. El nacimiento te da un pase a transitar por este mundo, que para muchos puede ser cruel, y para otros bien gratificante.

Entonces, es lo mismo vivir que existir. La respuesta es NO. Todos existimos, pero no todos estamos viviendo nuestra existencia. La mayoría de las personas simplemente van por la vida moviéndose por inercia. Van donde las normas creadas por las demás personas le dictan que vayan. Es bueno señalar que, de vez en cuando no es malo dejarse llevar por el flujo de las cosas, porque armonizar de manera adecuada con los ritmos de la naturaleza, nos puede poner en una posición favorable.

Por otro lado, decía Fritz Perls: “Para ganar cordura hay que perder la cabeza”. Me gusta mucho esta frase, porque tiene en su contenido una sabiduría inmensa. Si la sociedad supone que la cabeza es el centro de toda compostura, como es que ganaremos cordura perdiéndola. Precisamente, porque en esta cabeza es que están alojados todos los esquemas de pensamiento que nos hacen la vida miserable, que no nos dejan vivir, que nos van guiando por el movimiento mecánico de un programa que se instaló mucho antes de nosotros nacer, y que día a día se vive ejecutando, sin dejarnos ser personas.

La compostura, “las buenas costumbres”, matan la creatividad del ser humano. Con esto no quiero decir que nos convirtamos en personas desordenadas, pero lamentablemente vivimos encerrados en cápsulas impermeables que no nos dejan movernos libremente, y mientras tanto nos vamos consumiendo en una existencia tan agonizante, que no nos damos cuenta que en cualquier momento llega lo más seguro de la vida si que ni siquiera respiráramos de manera consciente: la muerte.

Vivir es disfrutar de manera conciente de todas las cosas que me rodean. Respirar sintiendo el aire entrando por nuestra nariz y llenando nuestros pulmones. Detenernos a observar de manera extasiada el hermoso matiz del gris en un día lluvioso. Sentir el agua tocando nuestra piel mientras nos damos un baño. Escuchar de manera atenta a una persona cuando nos está diciendo algo, y sumergirnos en la imaginación que le da vida a las palabras de esa persona. Escuchar el silencio de la noche, y oler la belleza de un precioso amanecer. En fin, vivir es darte cuenta de que tienes 24 horas al día para tocar lo que Dios te ha regalado para ti.

Entonces, asumamos una nueva filosofía de vida que diga: “Primero vivo, luego existo”. Soy quien soy, y no pretenderé ser otra persona. Asumiré las cosas positivas que tengan “las buenas costumbres”, pero también tendré la capacidad de escribir una poesía nueva con mi vida, donde cada verso esté por escribirse en el respirar de cada amanecer.

Espero que el próximo año, que está a la vuelta de la esquina, nos traiga consigo buenas razones para perder la cabeza y comenzar a ganar cordura…