viernes, 3 de abril de 2009

Fijar posiciones (El que); Desarrollarlas (El como)

Me sorprende de manera marcada, como después de una hora de terapia, algunas personas me preguntan: “Entonces doctor, qué es lo que tengo que hacer”. La sorpresa de mi parte viene, porque en todo el proceso voy diciendo cosas para “hacer”, pero he aprendido que no sabemos “fijar posiciones”, por lo que nos cuesta mucho trabajo captar las sugerencias que nos empujan a comenzar a decidir cosas en nuestras vidas.

Fijar una posición es simplemente dejar de caminar en el vacío, para adoptar una postura legible. Es comenzar a asumir o a elaborar de manera puntual el proyecto de vida que queremos para nuestra existencia en este mundo. Esto equivale al “que” (posición=que), precisamente porque nos planteamos y fijamos metas a corto, mediano y largo plazo. Y, por otra parte, damos una cara concreta ante los demás (tanto a las personas de nuestro sistema familiar, como a la pareja con la cual estamos).

Aunque me enfoco más en el aspecto pareja y familia, porque es el área de intervención clínica que más desarrollo, también las posiciones se fijan en cualquier aspecto de nuestra vida. El “que” es igual a “voy a hacer esto o aquello”, y mientras más objetivos, concretos y específicos comiencen a ser los “que” en nuestras vidas, más fácil será desarrollarlos.

La segunda parte sería, comenzar a darle forma a los “que” o posiciones que fijamos. Esta fase es el “como”. Luego de tener nuestros objetivos de manera concreta, o las decisiones firmes de movernos hacia una dirección en particular, entonces hay que elaborar estrategias que hagan viable nuestras posiciones. Por ejemplo, “Desde hoy comenzaré a poner límites claros entre mi mamá y Yo” (este sería el que); “y para poner límites claros, comenzaré por hablar abiertamente con ella de los temas que he ido tratando en terapia relacionados con el sistema familiar, y por los cuales entiendo que debo poner límites claros” (este sería el como). Una posición puede tener varios aspectos a desarrollar, siempre y cuando cada aspecto le de salida de manera adecuada a un objetivo concreto.

Un elemento muy importante, para que podamos ver los frutos de las posiciones que fijamos y de cómo las desarrollaremos, es hacer un compromiso personal con dichas posiciones. Hay muchas personas que no avanzan en sus procesos de crecimiento, precisamente porque no se comprometen con las decisiones que toman, y van cayendo en una “haraganería existencial” que los lleva de nuevo a encontrarse con la estación de donde partieron. Es como si caminaran dando vuelta a la manzana, pretendiendo llegar fuera de ella (favor leer o ver Alicia en el país de las maravillas). Decayendo en las lamentaciones del tipo “yo no puedo”, “esto es muy difícil”, “ya no se qué hacer”, etc. Llanamente, porque no se comprometieron con sus posiciones, y porque siempre viven traicionándose a si mismos como personas, boicoteando todo proceso de crecimiento personal y diferenciación de su sistema familiar.

Asististe tu a un proceso terapéutico o eras parte de algún grupo donde se estimulaba el crecimiento personal y saliste huyendo? Entonces, no te comprometiste con tu crecimiento. Te sientes frisad@ y sientes que no avanzas? Es un buen momento para escuchar más las sugerencias de tu terapeuta o de tu líder, si es el caso, y si no estás yendo a terapia, ni eres parte de un grupo de crecimiento, al menos comienza a reflexionar sobre las posiciones que nunca te has atrevido a adoptar, y ensáyalas. Toma en cuenta el proceso de avance: 1. Fijar la posición; 2. Desarrollarla; 3. Comprometerte personalmente con tus posiciones y el desarrollo de las mismas. Siempre se puede, pero en buen dominicano “no nos da la gana de querer que se pueda”.

2 comentarios:

Unknown dijo...

todos tus articulos son siempre interesantes y edificantes para mi. Te admira. Sandra

Sorangelys dijo...

Maravilloso articulo, promueve el poner en marcha el proponere una meta y cumplirla hasta el final. Muy Bueno para algunos de nosotros que caemos constantemente en un circulo vicioso.