
En algún momento te habrás preguntado que es lo que realmente significa el nombre de este blog (Lealtad Invisible). En la introducción hice alguna referencia breve sobre la motivación que tuve para poner dicho nombre, pero no expliqué detenidamente a que se refiere, y creo pertinente que hagamos un alto en el camino, explicando de manera puntual, y espero que lo mas entendible posible, qué son las lealtades invisibles (LI).
Paso a citar textualmente algo que extraje del libro sobre LI, escrito por Iván Boszormenyi-Nagy y Geraldine Spark. Nos servirá para explicar el tema: “El concepto de lealtad invisible multipersonal implica la existencia de expectativas estructurales de grupo, en relación con las cuales todos adquieren un compromiso. Su marco de referencia es la confianza, el merito el compromiso y la acción. Esta lealtad se remite a varias fuentes: lealtad familiar, derivada del parentesco biológico y hereditario; y la lealtad como actitud individual, que abarca la identificación con el grupo, autentica relación objetal con otros miembros, confianza, confiabilidad, responsabilidad, compromiso, fe y firme devoción. Por otra parte, la jerarquía de expectativas del grupo connota un código no escrito de regulación y sanciones sociales. La internalizacion de las expectativas y los mandamientos en el individuo leal proporcionan fuerzas psicológicas estructurales que pueden ejercer coerción sobre el sujeto. Si no puede reclamar el más profundo compromiso de lealtad, ningún grupo podrá ejercer un grado elevado de presión motivacional en sus miembros”(*).
Hay una palabra clave en todo esto, y es la que hace referencia a la “invisibilidad”. Siempre se ha conocido la palabra lealtad sin este apellido de “invisible”, pero este ruido que nos han puesto Nagy y Spark, es lo que cambia el significado de esta palabra. Lealtad, propiamente dicha es algo que mueve a una persona a hacer cosas por un grupo, institución, o por otra persona. Pero cuando se habla de lealtad invisible, son aquellas fuerzas que nos hacen movernos en una dirección determinada, sin que estemos conscientes de por que razón lo hacemos. Por ejemplo, como se entendería un niño que por lealtad sus padres siempre este enfermo?? Pues si, aquí esta lo genial de esta visión, se ha observado que en muchas relaciones de pareja que no funcionan de manera adecuada y que están proclives a una separación, el hijo se sacrifica de manera inconsciente y se enferma sin siquiera saber que se esta enfermando, con el simple propósito de mantener la cohesión de sus padres. Es como si una persona sacrificara su propia persona, para que se mantenga un estatus en el objeto al que se tiene la lealtad invisible.
Otro ejemplo clásico es la madre que se divorcia de su esposo, y nunca se vuelve a casar y se queda viviendo con su hijo desde pequeño. Se va dando una relación seudo conyugal entre la madre y el hijo, dado el hecho de que comienzan a nutrirse emocionalmente el uno al otro, en una relación que mas que de madre e hijo, se convierte en algo horizontal, donde el hijo comienza a jugar roles de adulto. Después que este crece, por lealtad a la mama, boicoteara todas las relaciones de pareja que tenga, ya que casarse y realizar su propio proyecto podría ser parte de una deslealtad hacia su madre, por consiguiente sacrifica su crecimiento personal, para que se mantenga el estatus entre el y su madre.
Los códigos pasan de generación en generación, observándose como una realidad determinada se repite en los descendientes de una familia a través de décadas. Y se van creando leyes de interacción familiar, que se asumen como ciertas sin que nadie las cuestione abiertamente, pues esto significaría una falta de compromiso que las estructuras que se heredan dentro de sistema familiar. Por ejemplo, en muchas familias las mujeres se divorcian y se quedan solas criando sus hijos, y se ve como el fenómeno ocurre en múltiples generaciones de la misma familia. Lo más probable es, que pasada la primera generación donde comenzó el evento, todas las otras generaciones adquirieron el código “las madres crían a sus hijos solas”, y harán todo lo posible (de manera inconsciente) por boicotear todas sus relaciones de pareja, para serle leal al código imperante en su familia de origen. Sin embargo, el discurso consciente probablemente será “Yo no tengo suerte con los hombres”, sin entender remotamente que sólo está siendo leal a un proceso familiar mediante el cual no tener éxito en su matrimonio, se convierte en un peldaño en la escala de meritos ganados por ella dentro de su familia.
Es imposible que una persona se pueda diferenciar y crecer en sus proyectos personales, si no conoce el trasfondo de las acciones que marcan su vida. Todos estamos inminentemente atados a estas lealtades invisibles, y mientras más las neguemos, mas las reafirmamos, porque nunca dejaremos de ser quienes somos, mas podemos movernos en otra dirección, y eso es lo que haría la diferencia.
re.almanzar@gmail.com
* Referencia citada: Nagy & Spark (1994) Lealtades invisibles. Primera reimpresion en castellano. Amorrortu editores. Argentina
6 comentarios:
Ya lo sabe... jajajja
Waooo!!! interesante explicación, ciertamente uno se deja llevar o asume ciertos patrones dañinos, debido en ocasiones a comportamientos o criterios externos. Interesante!! Ya entendi :)
Sorangelys
Vaya!!!!!! Cuantas cosas se aclaran con la lectura de este artículo. Gracias por publicarlo.
muy bueno el articulo, pero ahora, es conveniente cambiar estos patrones si con esto terminamos algo que obviamente es imporatante en nuestras vidas... con tal de no repetir un patron??
Me encanta el tema quiero saber en dónde puedo estudiar esto vivo en Puebla
Gracias por la explicación. Ahora, ¿Que hago para ver esas lealtades y decidir si queiro seguirlas o no?
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