jueves, 14 de mayo de 2009

Una separación terapéutica: noooo, por favor!!

En algún momento de nuestras vidas, en alguna relación de pareja, alguien nos dijo “necesito un tiempo”. Frase que congela el alma de cualquier persona que no quiere dejar una relación. Y es que se utiliza mucho este recurso para no dar la cara y ser responsable cuando ya una persona no quiere seguir con nosotros. Luego que pasa el congelamiento, viene un estado de pánico que nos deja como “bobos”, y nos pone a rogar y a prometer cosas de la que no somos concientes, ni siquiera sabemos como lo vamos a hacer.

Esta es la parte que conocemos (popularmente) de la separación como método para resolver problemas crónicos en la relación de pareja. Es como el aliciente que encontramos, cuando ya el agua nos llega al cuello, y no tenemos forma de resolver las cosas porque ya están a su tope. La otra cara de la moneda es, cuando hemos sido nosotros quienes le decimos a otra persona lo mismo. Yo supongo que estarás en este momento haciendo memoria de cuantas veces te lo han hecho, y cuantas veces lo has hecho tú. Pues, no te sientas mal, simplemente aprendimos a no ser responsables ante nuestras vidas, y a no asumir posiciones de sinceridad frente a otras personas, y más cuando creemos que por separarnos le estamos haciendo un daño a quien es nuestra pareja.

Si, precisamente ese es el punto. El tiempo empacado en el vacío es un paño tibio que no resuelve nada, es un “tente ahí”, mientras te olvidas de mí, y así no te duele tanto que yo te diga que ya no quiero estar contigo. Es como si el tiempo asumiera la responsabilidad de lo que nosotros por respeto debemos asumir.

La otra parte de la que quiero hablar, es de lo que se utiliza en algunas ocasiones en terapia: la separación terapéutica. Crea el mismo congelamiento, y el mismo pánico, lo único que en este caso es el terapeuta quien propone la separación. La pareja no quiere separarse, ambos se sienten adaptados a su atolladero, pero juntos son incapaces de salir a flote y seguir adelante. Cuando se hace esta propuesta, las personas siempre hacen alusión a lo que mencione más arriba: “Ay, doctor, eso no funciona” “ya yo me sé esa” “usted lo que quiere es hacerlo más fácil para nosotros”, etc. Pues, no, no es así.

Cuando nosotros los terapeutas hacemos esta propuesta, que no es empacada al vacío, sino con un propósito bien firme, no es para hacer de la separación algo suave, es con objetivos muy definidos. Se plantea que la pareja permanezca junta a mediano y largo plazo, pero que a corto plazo se tomen un tiempo para que se enfoquen cada uno en su propia persona. Para que se den un espacio de reflexión guiada por el terapeuta, y poder llenar de oxigeno el alma y la mente que tenían hasta ese momento tan atiborrada de problemas, que no eran capaces ni siquiera de darse cuenta de que las cosas no van bien.

Es importante que la pareja asuma ese tiempo para sacar un balance adecuado de lo que ha sido vivir al lado de la otra persona. Cuales han sido sus cuotas de responsabilidad en las situación que han desencadenado la cronicidad de los conflictos, e incluso reflexionar si realmente esta dispuesto a reelaborar su proyecto de pareja de una manera totalmente nueva y trabajando sus temas personales para poder aportar algo nuevo a la relación.

Algunas personas no aguantan el tiempo, otras si. Nos da miedo estar solos, nos da ansiedad, creemos que vamos a morir si la otra persona no está, pero no reflexionamos por un momento que, no quiero separarme de alguien con quien las cosas no salen bien, o sea, ni siquiera para eso tenemos conciencia. Este es el mejor indicador de que es necesaria una separación terapéutica.

Se estarán preguntando, pero, cuanto tiempo es el suficiente. Bueno, ya esto es algo que deben determinar los miembros de la pareja, y la sugerencia por parte del terapeuta debe ser guiar para que entiendan que lo adecuado es que ni sea poco tiempo, ni mucho tiempo. Quizás un mes, sería un espacio prudente. Haciendo énfasis de que, en ese mes, la idea es que se haga un trabajo personalizado, y que funcionalmente hay una separación, pero estructuralmente la pareja sigue viva. Entendiendo que es una separación con propósito, y que te puedes beneficiar muchísimo si te atreves a estar contig@ mism@ por algún tiempo, pensando las cosas de manera adecuada.

re.almanzar@gmail.com

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente articulo , me conmovio muchisimo porque es la realidad de mi vida y gracia a esta publicacion me autoevalue y dare un paso adelante. Lo admiro con sinseridad. nurys

Anónimo dijo...

Hola Ramón... en mi caso pienso que cuando esto se practica con una persona normal, y que sienta todavía amor por su pareja, podría funcionar... de lo contrario te puedo asegurar que ademas de que no funciona es una especie de tortura china...
C

Anónimo dijo...

tengo cinco meses de estar separada de mi esposo por que el asi lo quiso y ahora la terapeuta nos aconseja la separacion terapeutica, creo que es una muerte lenta, ya que siempre hay una de las partes que sufre mas que la otra, y si no funciona de que valio tanta espera para que de todos modos te digan quiero seguir separado.

Anónimo dijo...

hola yo tengo 2 años de se parada y no lo puedo supera estoy triste me duele pero la vida sigue