
Hablando con una persona de nacionalidad cubana, pude reafirmar algo que dijo Freud: “Los síntomas son culturales”. El me decía que “si algo me molesta de los dominicanos, es que no aceptan sus errores, y siempre se defienden cuando les cuestionan sobre algo”. Lamentablemente esto es cierto, y digo lamentable porque soy dominicano y estoy conciente de que somos así.
Creo que hemos hecho mucho uso y abuso de un mecanismo de defensa llamado “proyección”. Esto sucede de manera inconsciente, pero tengo la ligera sospecha que de tanto hacerlo ya se ha convertido en un esquema de funcionamiento mental de nuestra cultura (sujeto a comprobación). Proyectar en los demás las cosas que son de nosotros de manera particular, nos pone en un plano de irresponsabilidad y deshonestidad, por simplemente no aceptar las cosas que hacemos.
Hacer una proyección es decir que otra persona es lo que yo no acepto que soy. Como es un mecanismo de defensa, lo hacemos de manera inconsciente, y nuestra mente utiliza este recurso porque algunos temas nos generan tanta ansiedad que para poder protegerse simplemente se lo proyectamos a los demás, y listo, no hay nada de lo que me tenga que hacer responsable. Es como limpiarse las manos, para dejar la responsabilidad en manos de quien quiera que sea un buen candidato para depositarle nuestra basura mental.
Este proceso va de la mano con la doble moral y los valores tan distorsionados que se viven en la actualidad. Todos quieren dar una buena imagen, y se piensa que dar una buena imagen es nunca cometer errores. No se nos permite cometer errores, y se nos pone en una situación donde los errores tenemos que cometerlos de manera escondida, pero de manera pública nos tenemos que defender absolutamente de todo cuanto nos pueda traer alguna mala imagen. Lo gracioso de esto es que, hasta con lo más mínimo decimos “no fui yo” “lo hice porque” “si yo hago eso es porque tu haces aquello” etc, etc, etc.
Jamás, nunca, debes dar la cara por hacer algo. Decir “Yo lo hice, porque pensé que era lo correcto” no se nos permite. Hemos aprendido a elaborar situaciones ficticias que demuestren nuestra inocencia, aunque no se nos esté culpando de nada, porque siempre creemos que nos están señalando. Y yo me pregunto, ¿Será que nos sentimos tan aludidos por todo lo que se dice? ¿Es que realmente somos algo que no nos queremos creer que somos? ¿Es que nuestra historia nos ha puesto tan a la defensiva? ¿Es que nos creemos tan poca cosa que necesitamos estar demostrando siempre que no hemos hecho nada de lo que se nos pueda responsabilizar? ¿O es que simplemente no hemos aprendido a dar la cara porque la justicia brilla por su ausencia?
Gracias Sr. Freud, por explicar hace muchos años, lo que hoy en día, lamentablemente, nos caracteriza como representantes de una cultura. Y que se entienda, que cuando hablo de lo que “nos caracteriza” hablo de la mayoría, pero no de todas las personas. Vivimos en la cultura del “yo no fui”, y si no es así, hagan un poquito de memoria.
1 comentario:
!Jajajaja! Cierto, cierto, muuuyy cierto!
Publicar un comentario