miércoles, 17 de diciembre de 2008

Por qué pienso que soy frígida?

Hace ya mucho tiempo que la palabra “Frigidez” dejó de utilizarse como un término adecuado para describir cierto estado sexual en la mujer. Este término hacía referencia a cualquier mujer que no tuviera ningún tipo de deseo o sensaciones relacionadas con el placer sexual. Hoy en día mejor se prefiere hablar de “Inhibición del deseo” propiamente dicho, para aquellas mujeres que tienen una disminución o ausencia de deseo sexual.

Hay muchas mujeres que se les hace difícil describir el estado o situación sexual que las está aquejando. Esto tiene mucho que ver con la vergüenza y el silencio que se transmite familiarmente entorno a los temas sexuales. Y por tal razón, muchas veces les resulta más fácil resumir todo en la palabra “Frígida”.

Solamente con una buena exploración clínica se puede llegar a un diagnóstico certero de lo que realmente está pasando. En algunos casos es una disminución del deseo sexual, por alguna situación que se está dando dentro de la relación de pareja, que se refleja en una falta de motivación para estar sexualmente con la otra persona. En otras ocasiones, es problema para poder dejarse llevar por las sensaciones y lograr un alto grado de excitación, lo que es traducido por las mujeres como que “no siento nada”.

Por otro lado, muchas mujeres vienen a consulta diciendo “mi pareja me dejó porque yo no tengo ninguna sensación cuando él está conmigo”. Y es precisamente, que estas mujeres no han aprendido a enfocarse en el placer, y cuando comienzan a sentir que la excitación va a aumentar, pues simplemente se desconectan o se bloquean pensando en otra cosa, e incluso parando el acto sexual.

Estas situaciones se dan porque la sexualidad de las mujeres que pasan por este proceso, simplemente no se ha vivido de una manera abierta. Y el primer paso es, rebuscar en la historia familiar para ver cuales códigos han formado su mentalidad sexual. Otro aspecto importante es, que hay mujeres que no se conocen físicamente, porque les da vergüenza explorarse corporalmente, y mucho menos, tratar de manera directa con sus genitales, sin sentir algún tipo de culpa o incomodidad. Y se crean a falsa expectativa, de que sólo la pareja es quien puede y tiene el derecho de darle el placer que su cuerpo va a experimentar.

Es muy difícil que una mujer que no se conoce, pueda sentir algo con alguien desconocido. Y comienzan su vida sexual de manera insatisfactoria, porque ni siquiera se atreven a decirle a su pareja que no están sintiéndose satisfechas, lo que degenera en años de amargura sexual. Y, mientras más tiempo pasa una persona con el problema, simplemente hace que se profundice mucho más la situación.
En todo caso, la sugerencia es, que sean francas y abiertas. Y algo que funciona mucho es, hablar de su intimidad, primero con alguien que las pueda orientar de manera adecuada, y luego que comience a ver los beneficios de un reaprendizaje de su sexualidad, cuando ya esté lista para comenzar a dar y recibir placer, pues que comience a disfrutarlo con su pareja. Por otro lado, las parejas de las mujeres que piensan que son “frígidas”, en vez de culparlas, sepan que ellas no lo hacen de manera intencional, sino que, lamentablemente han crecido en una sociedad donde el tema sexual es muy “distorsionado”, y que con apoyo y una buena ayuda pues las cosas pueden comenzar a funcionar mejor.

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