sábado, 20 de junio de 2009

Cuando el valor no tiene sentido


La “X” es una letra que se utiliza en muchas ocasiones para designar el valor desconocido de algo, o para señalar que es un valor que puede variar en cualquier momento, dependiendo de las circunstancias. Puedo ser otra letra, pero arbitrariamente, como muchas cosas de la vida, se designo la equis como representante de las cosas que no tienen un valor constante.

Desde pequeño vengo escuchando a las personas distinguidas e importantes de la sociedad hablando de la pérdida de valores. Siempre he tenido la curiosidad de saber, a cuales valores se refieren, porque es un retórica discursiva, pero en ningún momento mencionan o abundan sobre el tema específico al cual se están refiriendo. Creo que la frase más repetida cuando pasa algo desagradable en el contexto social es: “Esto se debe a la pérdida de valores”. Cuáles valores? Específicamente a qué se refieren cuando dicen esto? Bueno, ese es uno de los problemas de la retórica, que se habla por hablar, y se repiten disparates que la gente ni siquiera sabe donde tienen su origen.

Pongamos un ejemplo para ilustrar. Muchas personas dicen cuando vienen a terapia de pareja, “no quiero romper mi matrimonio”. Ah, la familia, el matrimonio, que bien más preciado, es un regalo que nos ha dejado la otrora generación de personas moralmente calificadas para formar tan delicado e irreconocible valor. Pero aquí comienza la trampa de la variable matrimonio, que de ahora en adelante le asignaremos una “X”.

Las personas piensan que el matrimonio le traerá felicidad. Esto pasa porque no comprenden que esto es una variable, y no de manera contraria. Esa ingenuidad que se nos vende con la redundante retórica, de que las cosas hay que hacerlas y vivirlas porque si, porque ese es un regalo y traerá maravillas asombrosas y desconocidas para nosotros, es lo que muchas veces hace que pongamos a correr el programa “matrimonio”, creyendo que de por sí trae su valor asignado, y que de ahí en adelante todo será color de rosa. Pero, vemos todo lo contrario, porque el valor asignado es el valor aprendido y no la suma de lo que uno quisiera que fuese.

Hay una parte de la novela La Caverna, de José Saramago, donde Cipriano Algor llega a un lugar y tiene que hacer una fila, y por casualidad le toca el número “13”. Ahí comenzó a correr la retórica en su cabeza derivada de la superstición. Y espero a que llegara otra persona, se movió, y ocupó el lugar catorce, supuestamente para sentirse más tranquilo. Lo que me llamó la atención fue lo que sucedió luego de eso. Comenzó a reflexionar sobre el hecho de que, aunque se moviera de lugar, él seguiría siendo el número trece, porque eso le había tocado.

Igual que Cipriano, hacemos constantes de cosas que son variables. Como creemos que son cosas asignadas para vivirlas de una manera determinada, o que esas constantes le darán valor a mi vida, y no al revés, comienzan a ocurrir una cantidad de disparates en nuestra historia de vida. En el caso del matrimonio, que debería ser un valor adquirido, y no una constante legada, comienzan los conflictos, las peleas, la mala crianza de los hijos, la lucha de poder, etc, etc, etc.

Entonces es una irresponsabilidad querer mantener un valor que en ningún momento le hemos dado un sentido de vitalidad. Un ejemplo clásico cuando le pregunto a la gente “por qué quieren mantener su matrimonio”, atinan a decirme que “en mi familia no ha divorcios” o el caso contrario “no quiero hacer lo mismo que mis padres”. Esto es un claro caso de lo que es mantener una variable como si fuera una constante, y no querer darse cuenta de que el valor matrimonio va a adquirir sentido dependiendo de lo que se haga para que tenga sentido.

Hay que despertar del letargo onírico que propone el automatismo social. Tener conciencia de nuestros valores, entendiendo que pueden y asumirán sentido partiendo de las premisas que nosotros como personas elaboremos para darle sentido a la variable que queramos vivir. Reflexiona tu retórica, y encontrarás mucho tema de análisis para comenzar a despejar las variables que tienes como opciones de vida.

re.almanzar@gmail.com

2 comentarios:

marlene dijo...

es un honor para mi escribir atraves de esta importante pagina...quiero felicitarle a los integrantes del centro vida y familia el cual lo incluye a usted.despues que estoy escuchando el programa de ana simo la vida me ha cambiado porque antes no estaba segura de mi y de mi pareja...mil felicidades ustedes son angeles que vienieron a este mundo a alegrarnos el dia a dia

att.marleny de la ciudad de santiago.

VegaRamone.com dijo...

Me quede esperando tu llamada para lo de tu blog.